Cómo Sanar Conflictos

Como sanar conflictos

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EL PERDÓN GLOBAL 

Debemos asumir, como una certeza, que el Perdón es el paso previo a la Reconciliación, y necesita ser comprendido como una herramienta de recuperación y regeneración de energía. El desconocimiento de esta certeza esconde las dificultades que suelen tener las personas para poder evolucionar.

 

Para poder llevar a cabo el perdón, tendremos que reconciliarnos con los demás y con nosotros mismos. Hay quien dice que el Perdón es la piedra angular de los sentimientos, algo así como un Santo Grial para toda aquella Alma que se encuentre en busca de la iluminación. Eso es el Perdón, y poder llegar a dominar el mismo no es tarea fácil… bienaventurado aquel que lo consiga de corazón, pues gozará de paz y amor ilimitados.

 

Antes de poder llegar a conseguir dominar algo tan importante como el Perdón, y la Reconciliación, hay que tener claros varios conceptos, como son El Dolor y La Frustración, y también tener muy claras unas directrices o “Decretos” que conforman el Perdón Global, y la aceptación de los mismos, ya que esa es la base a seguir y el punto de partida. Estos decretos tendrán que ser repetidos varias veces de una forma determinada. Es lo que llamaremos el Perdón vibrado, resonando las frases desde el Chakra Corazón, no desde la mente, ya que de lo contrario sería un perdón insustancial, sin implicación emocional ni sentimental, y no conseguiríamos el objetivo final consistente en poder librarnos del dolor.

 

La visualización de las cosas relativas a la vida es compleja para todo ser humano, ya que no siempre recibimos la información necesaria, y menos aún cuando somos niños, tampoco la sutileza que nos haría falta para poder elegir la forma correcta de afrontar esta vida de la manera que más satisfacciones nos aportase en un futuro.

 

En el transcurso de nuestra existencia vamos acumulando experiencias, y dependiendo de cómo sean éstas vamos almacenando alegrías y satisfacciones, pero también dolor y frustraciones. Aquí nos centraremos en lo que nos genera o nos ha generado dolor. A lo largo de nuestra vida nos creamos expectativas con respecto a temas concretos, ya sea de relación con el otro sexo, de creencias, de nuestras acciones dentro del mundo que nos rodea, etc… El dolor se manifiesta cuando esas expectativas no se cumplen, y no siempre depende de nosotros el que se cumplan o no, ya que muchas veces influyen infinidad de factores externos que no podemos controlar, como son otras personas u otras situaciones. Algunas veces, simplemente, no está en nuestras manos, y eso nos acaba frustrando.

 

La frustración tiene dos caras. Por un lado puede convertirse en una energía que nos active y nos pique lo suficiente como para hacernos tener voluntad, ganas de hacer las cosas bien, y que nos haga decir “esto lo consigo yo, aunque me deje los huesos en el intento”, fortaleciéndonos. Por otro lado, evidentemente, también puede acabar siendo una energía que nos cause dolor. La sensación de fracaso o impotencia, poco a poco, puede hacer que nuestra mente se pierda en las lamentaciones, perdiendo la ilusión y la fe, la voluntad, la alegría o la confianza, y es ahí cuando empezamos a echarnos un peso enorme a nuestra espalda que hará que cada vez nos resulte más difícil poder conseguir alegrías en la vida.

 

Las cargas que se liberan con el perdón son innumerables. Nuestra Alma tiene un proceso de aprendizaje constante, aprendizajes que se llevan a cabo en nuestra vida, mediante nuestro cuerpo, y a través de éste, de sus órganos, sistemas y aparatos, donde refleja sus conflictos, que son la expresión de su estado, del estado del Alma. El dolor genera tensión, lo que también se refleja en nuestro estado de ánimo, emociones y sentimientos.

 

Mientras no seamos capaces de liberarnos de ese dolor, nuestro cuerpo irá acumulando, lenta pero implacablemente, todas las dolencias como cargas pesadas, densas y nubladas, que nos impedirán ver con claridad y acertar en las decisiones que tomamos en el día a día. Nuestro cuerpo es como un almacén en el que se acumulan todas nuestras vivencias, y los resultados obtenidos de ellas. No nos las recuerda constantemente, pero ahí están, y su peso, aunque nos acabamos acostumbrando a soportarlo, podría acabar por tumbarnos. Eso lo podemos evitar.

 

Podemos liberarnos del dolor por medio del Perdón vibrado, resonado desde el corazón, pero ¡ojo!, como ya dijimos antes, no sirve recitar desde la mente consciente, hay que repetir las distintas frases de que consta el Perdón Global desde el mismo Chakra Corazón. Esas frases, que deberás de repetir cada vez que lo creas necesario o te apetezca, podrás verlas más adelante, primero echemos un vistazo a los Decretos con los que se corresponden, que son los siguientes:

 

1. Acepto el aprendizaje.

Todas las experiencias de la vida, tanto las buenas como las malas, son aprendizajes, y el primer paso que debemos dar consiste en aceptar los mismos. No es tarea fácil asumir culpas y errores, pero hay que hacerlo para poder llegar a decir: “Amo la vida, porque me permite experimentar, y yo elijo hacerlo con amor y alegría, o incluso con dolor”.

 

2. Me libero del dolor del aprendizaje.

Aceptar que puedes haber errado en tus decisiones es un gran paso a dar en el camino de nuestra evolución, permitiéndonos poder observar desde otros puntos de vista las cosas, y poder así hacer un mejor análisis antes de decidir. Si tienes claro el camino a seguir, podrás poner la intención necesaria en sintonía con el Universo en sí. El fin, tras haber aceptado el aprendizaje, es liberarse del dolor del mismo, teniendo en cuenta que en ningún caso podremos desprendernos de algo que no sea posible desprenderse. La creación, dentro del orden del Universo, tiene unos mecanismos que permiten llevar a buen fin y con excelentes resultados estas liberaciones.

3. Pido perdón a aquellas personas, o situaciones, a las que haya podido dañar en mi proceso de aprendizaje.

El perdón es necesario desde el punto de vista global vibrado desde el corazón. Genera una energía de bondad hacia todo lo que a una persona le ha pasado, hacia sus Guías, Ser Superior, karma familiar, karma de la rueda de encarnaciones, incluso hacia su aprendizaje.

Hay que aceptar que estamos en proceso de auto-conocimiento y aprendizaje. El primer paso consiste precisamente en aceptar dicho aprendizaje, después hay que liberarse del dolor generado en el mismo, y por ello pedimos perdón. Perdón a las personas, situaciones en las que hemos perjudicado o causado dolor en nuestro proceso de aprendizaje.

4. Perdono a aquellas personas, o situaciones, que me hayan podido dañar en mi proceso de aprendizaje

Nuestra Alma necesita sentir sinceridad, convicción y certeza, necesita sentir esa vibración. Con ello se consigue observar el grado de implicación necesario para liberar el dolor desde la consciencia, para quedarse en armonía, paz y tranquilidad consigo misma. Ello implica perdonar a todas aquellas personas, situaciones o cosas que nos hayan causado dolor a nosotros.

 

5. Me perdono los errores cometidos durante mi proceso de aprendizaje.

El perdón también es un reconocimiento hacia todo lo que te rodea, ya sea animal o vegetal, los elementos, la naturaleza o la creación en sí. El perdón dignifica a la persona, convirtiéndose en una certera ayuda en su crecimiento y evolución. Podríamos decir que si una persona desea evolucionar, necesariamente tendrá que pasar por el perdón.

 

Estas son Las Frases emanadas de los anteriores decretos. Las deberemos de hacer vibrar desde el corazón. Pasarán a formar parte de tu diálogo interno, como si de tu higiene dental se tratara, y las repetirás cada vez que lo creas conveniente:

 

  • Me reconcilio con el amor. Me desprendo de las energías del dolor.
     
  • Me reconcilio con la vida y el amor. Me desprendo de las energías de sufrimiento o dolor. Al repetir las frases hay que hacer una acción de sacudirte los brazos y piernas, para liberarte de estas energías.
     
  • Recupero todas mis energías de paz, amor, comprensión y riqueza interna que he perdido en el transcurso de mi existencia.

Repetirla también varias veces, a la vez que ponemos toda la intención de recoger con los brazos toda esa energía perdida, llevando las manos al Chakra Corazón.

 

 

 

LA RECONCILIACIÓN 



Es la meta. Como bien dijimos antes, es un paso posterior al perdón resonado desde el corazón, y también deberemos hacer resonar con naturalidad y fuerza, así que veamos lo que esta palabra encierra.

Para que la palabra Reconciliación vibre en nuestro interior con la suficiente resonancia, hará falta haber limpiado antes con el Perdón Global cualquier resquicio de dolor, rabia, rencor, etc.., que hubiera en nuestro Chakra Corazón.

Si nos ciñésemos a la definición estándar de la palabra en sí, veríamos que la “reconciliación” se entiende como el restablecimiento de la concordia y la amistad entre dos o más partes enemistadas, vamos, como un mecanismo de resolución de conflictos.

Nosotros iremos un poco más allá. En nuestro caso, dentro de este inmenso océano de conocimiento en el que intentamos navegar, la reconciliación es una sanación de las tensiones ocasionadas por un aprendizaje, o por un karma, que nos genera o ha generado dolor, y con nuestra toma de conciencia y aceptando tal aprendizaje, con las actitudes internas que más abajo expondremos, conseguiremos disolver toda esa tensión, consiguiendo un mar en calma en el que poder poner rumbo hacia la paz y la armonía.

 

Hay que tener muy claro lo siguiente: Reconciliación es igual a Compasión, Generosidad, Bondad, Dulzura y Agradecimiento, y para que resuene y vibre con fuerza en nuestra Alma tendremos que aglutinar esas energías que la componen, ya que unidas generan la fuerza interior necesaria capaz de desarticular a la energía del dolor, restableciendo así el orden del amor.

 

La energía de la Compasión es una vibración amorosa y de acompañamiento hacia el dolor de las personas, entendiendo que la gente elige sus propios aprendizajes, aunque no siempre sean conscientes de ello.

 

La energía de la Generosidad es otra vibración, y se une a la anterior para generar una fuerza común encaminada a desarticular el dolor mediante el perdón global. Generosidad es igual a entender y respetar que todo ser humano tiene en su haber el poder de elegir cómo evolucionar, ya sea mediante el dolor o con amor, teniendo en cuenta que lo que ha elegido forma parte de su proceso de aprendizaje.

 

La energía de la Bondad, como acto de generosidad hacia ti mismo/a y hacia la humanidad, es una vibración que unida a las dos anteriores generan la fuerza y el empuje necesario para activar la energía del amor, necesaria para que la reconciliación se lleve a buen fin y se concrete en nuestra Alma.

 

La vibración de la energía de la Dulzura se dirige hacia las experiencias vividas a lo largo de todo el proceso de cualquier aprendizaje.

 

Y por último, Reconciliación es igual a Agradecimiento. Agradecidos por todo el aprendizaje hecho, por toda la ayuda recibida, tanto por parte de todo ser humano como de la propia Creación, en todas tus experiencias, a lo largo de todas tus vidas.

 

En definitiva, los seres humanos, para bien o para mal, tenemos el poder de elegir. Es lo que nos hace únicos y diferentes al resto de las especies, y quizá por ello sea por lo que poseemos dos cuerpos, uno físico que normalmente somos capaces de manejar a nuestro antojo mediante órdenes, moviendo brazos, manos, piernas, etc... y otro energético, comúnmente llamado Alma.

 

La sociedad nos bombardea constantemente con mensajes destinados a nuestro cuerpo físico, para que comas sano, no fumes, hagas deporte, te hidrates abundantemente, etc.., y no están de más, pero son mensajes escasos que muchas veces infravaloran la importancia de mantener un Alma sana.

 

Este cuerpo energético llamado Alma, entre otras muchas funciones, se encarga de guardar el dolor, manifestándolo con posterioridad a través del cuerpo físico. Por ejemplo, la rabia se manifiesta en el hígado, la ira en la vesícula biliar, el miedo al futuro en el bazo, las pocas ganas de vivir en los pulmones, etc... Son estados de nuestro cuerpo energético que no podremos contemplar con un microscopio si diseccionasemos cualquiera de esos órganos afectados por los mismos, pero que están ahí, existen y tienen su particular forma de ser sanados.

 

Podemos manejar el cuerpo energético mediante órdenes, aplicando nuestra intención, actitud y acción, para sacar el dolor que hay en él y así poder sanarlo. Por ejemplo, si estoy enfadado, ayudándome con las manos, haciendo varias veces el gesto y acto de expulsar hacia delante de mí la tensión que genera ese enfado, podré sanar el mismo.

Otros conflictos, como pueden ser la rabia, la ira, los celos, la envidia, el rencor, la prepotencia, la amargura, la pena, etc.., se convierten también en dolor, y una sabia elección por nuestra parte sería, con voluntad e intención, sacarlos, proyectarlos y ponerlos delante de nuestro corazón, con los pasos mencionados anteriormente, con lo que estaríamos, ni más ni menos, que empezando a Reconciliar, lo que no es poco.